
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) presenta el «Informe sobre el mercado laboral Estatal, 2024», elaborado por el Observatorio de las Ocupaciones y sucesor de la primera investigación elaborada con datos del año 2023.
Los resultados muestran que, pese a avances en participación laboral, persisten barreras estructurales que perpetúan la desigualdad económica de género, lo que demanda intervenciones multisectoriales para una transformación progresiva y efectiva.
Contexto socioeconómico y sectorización
La tasa de actividad femenina sigue siendo inferior a la masculina (47% femenina frente a 56% masculina en 2024), aunque aumentó un 1.2% mientras que en hombres un 0.8%. Las mujeres representan el 46% de la población activa total, pero persiste una brecha en grupos de edad: entre 25-54 años, la actividad femenina es un 12% menor. La inactividad laboral afecta especialmente a mujeres por responsabilidades de cuidados.
Las mujeres constituyen el 49% de la población ocupada, pero su tasa de empleo es 8 puntos inferior a la masculina. Hay una marcada segregación sectorial: el 84% de las mujeres trabaja en servicios (58% hombres), mientras que solo el 4% está en construcción y el 12% en industria. Es un factor limitante a la hora de acceder a mejores salarios.
Afiliación y condiciones laborales
Existe una brecha de 3.4 millones en afiliaciones a la Seguridad Social a favor de los hombres. Las mujeres representan el 72% del empleo doméstico y solo el 38% en regímenes especiales autónomos, reflejando desigualdades en emprendimiento y estabilidad económica.
El 62% de los contratos a mujeres son temporales, con una tasa de parcialidad del 28% (12% en hombres). Aunque el 54% de los contratos indefinidos son para mujeres, estos se concentran en sectores menos dinámicos como hostelería y comercio.
Desempleo y brecha formativa
La tasa de paro femenina (14.5%) supera en 3 puntos a la masculina. El desempleo de larga duración afecta al 38% de mujeres (32% en hombres), agravado por menores cotizaciones en sectores feminizados. Solo el 41% de las beneficiarias de prestaciones son mujeres, pese a ser mayoría en el paro registrado (53%).
A pesar de representar al 58% de personas con estudios superiores, las mujeres solo ocupan el 23% de puestos en las TIC y el 16% en ingenierías. En contraste, dominan el 82% de las vacantes en educación y el 76% en sanidad, sectores con menor crecimiento salarial.
Principales Conclusiones
Analizando geográficamente, en comunidades como Andalucía y Extremadura, la brecha de empleo femenino supera los 10 puntos. Sin embargo, en País Vasco y Madrid, la tasa de actividad femenina roza el 50%, sugiriendo una correlación con políticas de conciliación y estructura productiva.
El estudio evidencia que la recuperación económica no ha sido neutra en género: mientras los hombres se ubican en industria y construcción (+5.3% afiliaciones), las mujeres dependen de servicios con alta rotación laboral.
La maternidad sigue siendo un factor crítico: la tasa de empleo de mujeres de 30-39 años es un 18% inferior a la de hombres en ese rango. Según el informe, son necesarias políticas que aborden la corresponsabilidad, la formación en sectores estratégicos y la revalorización de empleos feminizados.