
La conversación sobre igualdad de género en las redes sociales españolas ha experimentado una transformación decadente, caracterizada por una creciente polarización y el auge de discursos antifeministas. La mitad de la conversación sobre feminismo en la plataforma X es negativa, mientras que el interés general por estos temas ha disminuido drásticamente.
Las narrativas en contra de la igualdad
Las comunidades antifeministas españolas han desarrollado un argumentario para deslegitimar el feminismo:
- El 33% de la comunidad anti-igualdad presenta el feminismo como radical, construyendo una narrativa que distorsiona la naturaleza del movimiento
- 22% vincula el feminismo con figuras políticas de izquierda, despojándolo de su esencia y convirtiéndolo en un arma política
- 17% lo presenta como amenaza para la familia, a pesar de que los datos demuestran que las mujeres siguen asumiendo la mayoría de las tareas de cuidado
- 15% sostiene que distorsiona la «naturaleza femenina», perpetuando estereotipos de género tradicionales
Los métodos empleados por las comunidades antifeministas revelan un patrón sistemático de deslegitimación:
- Recurren a insultos 3 veces más que las comunidades feministas
- 1 de cada 3 mensajes antifeministas son breves e irreflexivos
- En España, 1 de cada 25 mensajes ridiculiza a las feministas por la apariencia de su cuerpo
- 74% de las referencias utilizan el estereotipo de «Charo» como forma de desprestigio
Además, el 18% de los mensajes antifeministas en España se centran en acusaciones de denuncias falsas, una cifra que duplica el promedio internacional y contrasta dramáticamente con la realidad: según la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2023, solo hubo dos sentencias condenatorias por denuncia falsa de un total de 199.282 causas de violencia de género, lo que representa el 0.001% de los casos.
El rechazo de los jóvenes
Actualmente existe una brecha generacional sin precedentes en la percepción del feminismo entre los jóvenes españoles.
Solo el 35.1% de los hombres jóvenes (18-26 años) se considera feminista, frente al 66% de las mujeres de la misma edad. Esta brecha se hace aún más evidente al compararla con las generaciones mayores, donde la diferencia es considerablemente menor.
Las múltiples fuentes consultadas reflejan un preocupante retroceso en los valores igualitarios:
- 22% de los hombres jóvenes cree que las mujeres deben priorizar el cuidado familiar
- 10% considera innecesario que los hombres aprendan tareas domésticas
- Solo el 65.6% considera necesario garantizar la igualdad salarial, frente al 80-90% de las mujeres y hombres de mayor edad
Violencia de género digital
La violencia digital de género representa una extensión de la violencia machista en las nuevas formas de relación social:
- 54% de las mujeres que sufren acoso en redes ven afectada su salud mental
- 25% de las mujeres entre 16 y 25 años han recibido insinuaciones inapropiadas a través de redes
La investigación académica española ha documentado cómo los filtros burbuja en las redes sociales intervienen en la polarización de las posturas contrarias al feminismo. Los algoritmos de personalización refuerzan las creencias previas, limitando la exposición a perspectivas diferentes y favoreciendo la radicalización.
Amplifican los discursos más radicales porque generan mayor engagement. Esta dinámica convierte a las redes sociales en espacios donde los mensajes moderados y constructivos quedan eclipsados por el ruido de los extremos.
Conclusiones
Los datos revelan que una generación de hombres jóvenes se alejan del feminismo, influenciados por discursos que presentan la igualdad como una amenaza en lugar de como una oportunidad para una sociedad más justa. Esta tendencia, combinada con el auge de la violencia digital contra las mujeres, nos pone en una posición delicada como democracia.
Sin embargo, ante esta realidad debemos hablar más sobre igualdad, con el objetivo de generar comunidades más diversas y moderadas. La solución no pasa por el silencio o la autocensura, sino por recuperar el diálogo constructivo, promover la educación digital con perspectiva de género o desarrollar estrategias que permitan a las voces moderadas competir efectivamente con los discursos extremistas.