
La desigualdad de género en las pensiones públicas en España significa una pensión media significativamente inferior para las mujeres respecto a los hombres, cuya explicación reside en trayectorias laborales marcadas por la precariedad, la parcialidad y las interrupciones debido a tareas de cuidados y maternidad, lo que repercute directamente en la capacidad de cotización.
Durante las dos últimas décadas ha habido una reducción lenta pero sostenida de esta desigualdad (en torno al 30%). De todos modos, continúa siendo una de las más amplias del panorama europeo y mantiene a una parte significativa de las jubiladas en riesgo de pobreza.
Disminución insuficiente
En 2005 la pensión femenina representaba 61.2% de la masculina; a junio de 2025 alcanza 69.7%, lo que equivale a una brecha aún del 30.3%. Este recorte de 8.5 puntos porcentuales en dos décadas es importante, pero se queda corto cuando se compara con la velocidad de convergencia exigida por los compromisos nacionales e internacionales de igualdad.
Año | Pensión media mujeres (€/mes) | Pensión media hombres (€/mes) | Ratio mujeres/hombres | Brecha % |
---|---|---|---|---|
2005 | 484 | 791 | 61.2% | 38.8% |
2025 (jun.) | 1,200.9 | 1,722.6 | 69.7% | 30.3% |
La brecha global (todas las pensiones en vigor), como explicamos al principio, permanece cerca del 30%. Sin embargo, entre las nuevas jubilaciones la distancia se reduce con mayor rapidez debido a: la participación femenina en empleo más estable desde los ochenta, la cobertura de lagunas de cotización y la penalización del retiro anticipado, que afecta más a los trabajadores y eleva la pensión media masculina en altas anteriores.
Comparación con la Unión Europea
En relación con el entorno europeo, en 2019 la diferencia entre las pensiones medias de hombres y mujeres en España alcanzaba el 30%, la media de la UE se situaba en un 29%.
En lo que respecta al riesgo de pobreza entre las mujeres mayores de 65 años, la situación española iguala a la continental (respecto al año 2019), con un 17% de mujeres en esta franja de edad en riesgo de pobreza. Por otro lado, la brecha salarial de género en el país es algo superior a la media europea, alcanzando en 2023 el 15% frente al 13% registrado en la UE.
Estos datos sitúan a España en una posición intermedia dentro de los Estados miembros, y ponen de manifiesto la necesidad de seguir avanzando en políticas que promuevan la igualdad efectiva, tanto en el acceso al empleo como en la protección social en la vejez.
Conclusiones
La AIReF y el Banco de España prevén que, si se mantiene el ritmo actual de convergencia, la igualdad plena no se alcanzará hasta la década de 2050. El envejecimiento y la mayor esperanza de vida femenina pueden incluso ampliar la brecha relativa si las jubiladas dependen de prestaciones mínimas que crecen por debajo del salario medio.
La brecha de género en las pensiones públicas españolas ha disminuido por varios motivos: el aumento de carreras laborales femeninas, a las reformas de 2011 y 2021 y al complemento por brecha de género. Sin embargo, la menor autonomía económica de las mujeres mayores constituye un freno al crecimiento económico y social.
Para acelerar la igualdad plena es necesario replantearse cuestiones que afecten al mercado de trabajo, a la corresponsabilidad en cuidados y al diseño del sistema contributivo. Si se mantiene la tendencia actual, la igualdad efectiva se retrasará varias décadas, profundizándose la feminización de la pobreza en la vejez.