España destaca en la representación política de las mujeres

Otro año más, un nuevo Informe Global sobre la Brecha de género (Global Gender Gap), publicado por el Foro Económico Mundial, destaca que, a nivel mundial, se ha cerrado el 68,5% de la desigualdad de género en 2025, un progreso poco destacable respecto al año anterior. Al ritmo actual, se estima que tomará 134 años cerrar completamente la brecha global de género. España ocupa el puesto 18 del ránking.

Contexto Mundial

Esta lentitud en el progreso tiene causas estructurales. Si bien se han logrado niveles cercanos a la paridad en dos áreas fundamentales (la salud, cuyas diferencias son mínimas en términos globales; y la educación, donde las mujeres superan a los hombres en tasas de graduación en muchos niveles; cuentan con más del 95% de la brecha cerrada globalmente), los desafíos siguen siendo enormes en otros dos ámbitos clave:

La participación económica, donde solo se ha cerrado el 60,5%, las mujeres siguen infrarrepresentadas en roles directivos y sectores con altos salarios como las tecnologías de la información, la ingeniería o las finanzas; y el empoderamiento político, el área con mayor desigualdad: apenas se ha cerrado el 22,5%, aunque algunos países han logrado avances notables en la representación parlamentaria.

En cuanto a situaciones concretas de países y continentes, Islandia lidera el ránking global, con un 93,5% de su brecha cerrada. Europa occidental es la región más avanzada (76,3%), seguida de América del Norte. Y negativamente, el sur de Asia y Oriente Medio continúan con los mayores niveles de desigualdad.

El Caso de España

España se sitúa en el puesto 18 de los 146 países analizados, con un 77,8% de su brecha cerrada. A pesar de su buena posición, ha habido un ligero retroceso respecto a los últimos años. España se encuentra por encima de la media mundial, especialmente en lo que respecta a la representación política de las mujeres y la paridad en la educación.

Las mujeres ocupan el 45,2% de los escaños parlamentarios y el 50% de los cargos ministeriales. Esto sitúa a España como uno de los países con mayor equidad política del mundo, resultado de políticas públicas como las leyes de paridad en las listas electorales y el fomento de la presencia femenina en los órganos de decisión.

Las mujeres acceden a todos los niveles educativos en condiciones similares a los hombres, y son mayoría en muchas carreras universitarias. Sin embargo, este avance educativo no se traduce en una participación equitativa en el ámbito laboral. En este sentido, España muestra aún importantes carencias: solo el 36,5% de los puestos ejecutivos están ocupados por mujeres, y las diferencias salariales persisten, especialmente en el sector privado. Además, las mujeres están infrarrepresentadas en sectores tecnológicos y científicos, claves para el desarrollo futuro del país.

El caso de España refleja una paradoja común a muchos países desarrollados: avances significativos en educación y política que no se traducen en igualdad económica ni en representación en sectores estratégicos. A nivel global, la igualdad de género aún está muy lejos de ser una realidad tangible. El reto para las próximas décadas será transformar los logros educativos y legislativos en oportunidades económicas y sociales reales para las mujeres.

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