Desigualdades en las nuevas tecnologías

La adopción de nuevas tecnologías constituye uno de los principales desafíos actuales para la igualdad, ya que afecta a las oportunidades de acceso, uso y aprovechamiento de las tecnologías digitales entre mujeres y hombres. El informe “Brecha Digital de Género 2025”, elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, indaga en las causas, manifestaciones e impactos de esta desigualdad.

A pesar de los avances en el acceso y comprensión de las nuevas tecnologías, persisten desigualdades significativas en el uso y aprovechamiento de las tecnologías digitales entre mujeres y hombres. Estas diferencias se manifiestan en todos los grupos etarios, pero son especialmente pronunciadas en las personas mayores y en zonas rurales, donde las mujeres enfrentan mayores barreras.

Factores estructurales

La educación, la situación socioeconómica y los roles de género tradicionales limitan la participación de las mujeres en el ámbito digital.

Además, persisten diferencias en el tipo de uso que hacen mujeres y hombres de las nuevas tecnologías. Los hombres tienden a utilizar Internet para actividades relacionadas con la economía digital, como banca en línea y comercio electrónico, mientras que las mujeres lo emplean más para comunicación y redes sociales.

Uno de los hechos más esclarecedores es la menor presencia de mujeres en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), lo que limita sus oportunidades laborales en sectores de alta demanda tecnológica. Para contrarrestar esto, es necesaria la promoción de políticas educativas que fomenten la participación de niñas y jóvenes en estas áreas desde edades tempranas.

Impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito laboral

Como venimos explicando, la menor capacitación digital limita su acceso a empleos de calidad y a puestos de liderazgo en sectores tecnológicos. A mayores, la automatización y digitalización de la economía pueden agravar las desigualdades existentes si no se implementan medidas correctivas.

En Internet, las mujeres son más vulnerables a sufrir acoso, amenazas y violencia de género en línea. Esta situación genera un efecto disuasorio que limita la participación femenina en espacios digitales y redes sociales, perpetuando la desigualdad.

Económicamente, especialmente en contextos de bajos ingresos, las mujeres tienen menos acceso a dispositivos como smartphones, ordenadores y tabletas. Esta limitación tecnológica refuerza las diferencias y restringe las posibilidades de formación, empleo y participación social de las mujeres.

Propuestas

El estudio resalta la importancia de desarrollar políticas públicas integrales que aborden esta cuestión desde una perspectiva completa. Propuestas como la implementación de programas de capacitación digital, incentivos para la participación femenina en STEM y medidas de protección frente a la violencia digital.

Como ejemplos de buenas prácticas en otros países, destacamos las becas para mujeres en tecnología y campañas de sensibilización en esta materia. Estas iniciativas han demostrado ser efectivas para fomentar la igualdad de género en el ámbito digital.

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